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Ahora es Tiempo…

Posted by Susana on abril 18, 2017
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Para todo hay tiempo, es una frase que viene desde hace siglos, tiempo para trabajar y tiempo para descansar, tiempo para sembrar y tiempo para cosechar, tiempo para reír y tiempo para llorar, tiempo para ser niños, tiempo para ser adolescentes y tiempo para ser adultos. Los adolescentes no son niños ni tampoco son adultos, son adolescentes, en cada etapa se viven cosas diferentes y es importante respetar cada una como es.

Los niños tienen un cerebro con alta capacidad de aprendizaje pero pocas experiencias de vida, que los hacen ser dependientes de sus padres para poder sobrevivir y conseguir sus satisfactores; los adultos han desarrollado una serie de competencias cognitivas, sociales y emocionales hasta tener un cerebro más maduro que puede experimentar la interdependencia, el poder compartir con otros diferentes a él, trabajar en equipo, establecer relaciones formales, cuidar y ser responsable de alguien más, transferir o inhibir placeres para conseguir metas a más largo plazo, esto lo pueden hacer ya que tienen mayor desarrollo del lóbulo prefrontal; pero los adolescentes, ni quieren ser dependientes y tampoco quieren las responsabilidades de un adulto, ¿Entonces qué son?, son y quieren ser independientes, el centro de su mundo son ellos mismos, están en la etapa de desarrollar la mayor cantidad de habilidades y destrezas para poder ocupar un lugar en el grupo de amigos, en la sociedad, en el entorno que les tocó vivir o buscar uno mejor. Desarrollar comportamientos y capacidades para tener la mejor pareja posible, lograr competencias para ilusionarse con proyectos y estilos de vida de mayor magnitud a los que han vivido. Casi todos los adolescentes son ambiciosos, es parte de su naturaleza, sueñan más de lo que se ve posible, gracias a eso, se lanzan a hacer cosas maravillosas, que no se podrían hacer en otras edades o por lo menos se dificultaría más.

En la adolescencia todo se mueve y se tiene que mover, lo que no se mueve se puede echar a perder, así sea el cuerpo que no hace ejercicio provocando la obesidad y diabetes o múltiples enfermedades, hasta el cerebro que perdería la mejor etapa para el desarrollo cognitivo complejo. Al cerebro hay que ponerlo en acción. Todo lo que se mueva, con constancia y consistencia y de la manera que se mueva, quedará guardado en las memorias celulares y neuronales, el cuerpo guarda la información y el cerebro también, se guardan los movimientos del cuerpo y los pensamientos y emociones, que serán la base o los conocimientos previos
para los aprendizajes cada vez más complejos. No se pueden crear zonas de desarrollo próximo, sin tomar en cuenta los conocimientos anteriores y la adolescencia es la etapa que más aprendizajes de todo tipo se experimentan.

La adolescencia es la etapa del movimiento, no se están quietos, si lo están hay que preocuparse, algo anda mal, cuando parece que están pasivos, puede ser que están recuperando fuerzas o acomodando emociones de experiencias que no resultaron como ellos deseaban, o también procesando pensamientos para encontrarse consigo mismos.

Por medio del movimiento aprenden, del juego se trasladan a las artes, a la ciencia, a la familia, a trabajos de alto nivel.

Adolescente que no juega, no desarrolla todo su potencial cognitivo, ni social y menos emocional. El entorno de un adolescente en cualquiera de sus etapas tendrá que experimentar actividades que lo hagan conocerse más, desarrollar su potencial, descubrir sus talentos, resolver problemas, ilusionarse y apasionarse, luchar y convencer por lo que quiere, conseguir los permisos y recursos
necesarios, dedicarle el tiempo necesario, hacer nuevos amigos y para todo esto hay medios que no podemos desvincular de los
procesos educativos convencionales, pero igual de trascendentes, me refiero al juego, las actividades lúdicas, de preferencia las
sociales y no las virtuales (aunque también pueden aportar beneficios, es común abusar de ellas por su fácil acceso y los placeres a corto plazo que aportan).

Los adolescentes, de todas las especies, aprenden jugando y más los mamíferos que desarrollan cerebros emocionales con cierto parecido al humano, se le nombra aprendizaje experiencial. Existen diferencias en los cerebros y por lo tanto en los éxitos de los adolescentes que juegan que con los que son más pasivos, según Giedd, en sus laboratorios, las ratas que estaban libres jugando en su casa, mascotas de sus hijos, resolvían más fácil los laberintos que las ratas que tenía encerradas en el laboratorio.

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Los adolescentes que participan en más actividades escolares y extraescolares como aprender a bailar, andar en patineta, surfear, bucear, acampar, viajar por diferentes lugares, subir montañas, convivir con diferentes grupos de amigos, se enamoran y se desenamoran sin ser codependientes, gritan en los conciertos, lloran cuando están tristes o enojados, se contentan y siguen adelante, están solos sin sus familias algunas temporadas, hacen el ridículo y se ríen de ellos mismos cuando se equivocan, no toman tan a pecho sus errores, parece ser que tienen mejores elementos para adaptarse a los problemas que tendrán en edades mayores y tiene más posibilidades de ser más felices y exitosos (éxito, como la posibilidad de lograr las metas que se pongan).

Para todo hay tiempo y los adolescentes necesitan jugar, por favor, no se cometa el error de castigar a un adolescente quitándole actividades de gran valor, como el deporte, la música, el baile o jugar libremente con sus amigos, mejor pongan castigos quitando actividades que no tienen gran valor como la televisión, los videojuegos agresivos, llegar muy tarde por las noches, tiempo en redes sociales o los pueden castigar como lo hacían las familias a mediados del siglo XX, a escribir una hora, a leer dos horas, a cortar el pasto, a pintar la casa, a juntar toda la basura o las hojas de los árboles, al final de este tipo de castigos se les desarrolla alguna habilidad.
En fin, hay muchas cosa que pueden hacer pero no les quiten los espacios que tanto les sirven. Existen correctores poco educativos en las escuelas, como: “no lograste el promedio, no podrás ser parte del equipo deportivo”, “como te portaste mal, te sacamos de la obra de teatro”, “como no entregaste la tarea, no irás al campamento”. Error gigantesco, no saben educar a las nuevas generaciones, al revés, si no logra buen promedio, las habilidades que desarrolló en el deporte o en las artes, pueden hacer transferencias metacognitivas de los métodos que utilizó para lograr otros propósitos y lograr su desarrollo más integral, una capacidad ayuda al desarrollo de otra, no importa que no sea de la misma categoría, para eso se necesitan educadores de calidad, Coaches, que entiendan el desarrollo emocional y cognitivo de con quién estén trabajando.

Un adolescente divertido, feliz, socialmente aceptado, con actividades que lo reten y lo motiven, de seguro aprenderá mucho más
que alguien que esté aburrido escuchando discursos de adultos frustrados.

En estos tiempos donde el conocimiento está por todos lados, no queda claro cómo se aprende más, si en un salón de clase o en un campamento, en una conferencia o en una obra de teatro. ¿Quién puede tener más influencia o liderazgo? la maestra de literatura que no se mueve de su mesa o mi compañero que me ha enseñado las aventuras de conquistar a una compañera.
Jugar, divertirse y aprender van de la mano. Es la edad de la adolescencia y no dura mucho, así que no hay que dejarla ir sin aprovecharla al máximo.

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