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La importancia del juego

Posted by Susana on abril 18, 2017
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Por Moisés Contreras 

Todos los padres de familia comentan que desean lo mejor para sus hijos, que sean felices, que sean personas responsables, respetuosos, que tengas éxito en sus estudios, que sean buenos deportistas o músicos, sanos y llenos de alegría, que logren tener un trabajo digno o que tengan sus propios negocios, que tengan una familia en armonía, con valores y llenos de amor; para todo esto se necesitan grandes competencias (Habilidades, destrezas, comportamientos, conocimientos) que se van ir desarrollando en el transcurrir del crecimiento y maduración del niño y adolescente y al llegar a ser un adulto con conciencia de sí mismo y de su entorno, con responsabilidad de lo que le corresponde hacer y decidir en cada momento y situación de vida.

A este proceso de incorporar competencias para la vida, se le llama “Educación” y es la función más importante de los padres y de las escuelas. Una de las herramientas que prepara a las personas para ir desarrollando de manera continua, eficiente y divertida estas competencias es “El Juego”. El juego es la cosa más seria que hacen los niños y adolescentes, ya que por medio del juego es como se van aprendiendo las competencias más importantes, tanto a nivel cognitivo, conductual, valoral y emocional.

Las experiencias que se tengan en infancia y adolescencia marcarán la vida de las personas y el juego ofrece abundantes oportunidades para que se experimenten sensaciones y vivencias positivas, por lo que se tendrán recuerdos que permitirán afrontar los problemas de la vida con mayor creatividad y menos angustias.

Desde su primer día de vida el recién nacido es capaz de dar y recibir afecto y de relacionarse con otras personas. Esta interacción y el hecho de sentirse amado construirán su sentimiento de seguridad y de confianza en sí mismo.

Los lazos de afecto que se establecen en las primeras etapas de su vida, contribuyen a sentar las bases de las relaciones que tendrá en la vida adulta.

Los niños aprenden a través de la acción; por lo tanto, a medida que van creciendo, necesitan gozar de libertad para explorar y jugar. El juego es uno de los aspectos esenciales del crecimiento, favorece el desarrollo de habilidades mentales, sociales y físicas; es el medio natural por el cual los niños expresan sus sentimientos, miedos, cariños y fantasías de un modo espontáneo y placentero. Así mismo sienta las bases para el trabajo escolar y para adquirir las capacidades necesarias en etapas posteriores de la vida.

Durante la edad escolar, el niño requiere de ejercicio físico y de la recreación colectiva para fortalecer sus músculos y huesos, adquirir actitudes que favorezcan su convivencia, competencia e interrelación con los demás. El juego con otros niños favorece también el desarrollo de sus rasgos de carácter y personalidad. Por ello, la práctica constante de la actividad física y el deporte se hace indispensable para su pleno desarrollo.

El juego constituye en el niño su actividad central. Al jugar, el niño exterioriza sus alegrías, miedos, angustias, gustos e inquietudes ya que el juego le aporta una larga serie de experiencias que responden a las necesidades específicas de las etapas del desarrollo.

Un niño que no juega nos hace pensar que algo que le está sucediendo, y si esta situación se repite frecuentemente se hace necesario atenderlo de manera especial, ponerle mayor atención, ya que está dando alguna pista de que algo no está bien.

El juego le permite al niño conocer su mundo, descubrir su cuerpo, conocer a otras personas y relacionarse con estas, desarrollar vocabulario e imitar roles de adultos. El juego es un medio primordial en el aprendizaje de los niños de nivel preescolar y primaria. Estudios han demostrado que el juego con un rango de funcionamiento psicológico incluye pensamiento creativo, solución de problemas, habilidades para aliviar tensiones y ansiedades, habilidad para adquirir nuevos entendimientos, habilidad para usar herramientas y desarrollo del lenguaje.

El juego tiene motivación intrínseca. Es disfrutable, flexible, escogido libremente. No es literal. Requiere actividad verbal, mental y física. Krasnor & Pepler sugieren que el juego puro es una combinación de elementos. El juego del niño es simbólico (representando la realidad); significativo (experiencias relacionadas); activo (los niños están haciendo cosas); placentero (cuando se envuelven seriamente en una actividad); voluntario o intrínseco (motivado); los motivos son curiosidad, material, afiliación con reglas, expresado implícita o explícitamente, episódico, caracterizado por metas emergentes, cambiantes que los niños desarrollan espontáneamente.

En este mundo de prisas, de apuros por ganar el dinero para vivir, los padres se olvidan de lo más valioso que les pueden otorgar a sus hijos: Tiempo que pueden convivir con ellos. Por medio del Juego los padres tienen tiempo para corregir, para educar, para adquirir hábitos, para conocer las inquietudes, habilidades y fortalezas de sus hijos, así como las debilidades donde hay que poner mayor atención. Recordemos que los niños aprenden por imitación y si no están los papás jugando con sus hijos, habría que preguntarse ¿qué están aprendiendo mis hijos y a quién están imitando?

El niño cuando es pequeño necesita sentirse amado y cerca de sus seres queridos, simplemente por ser un niño. Que no sólo lo quieran por sus logros, porque se porte bien y obtenga buenas calificaciones, sino tan solo por ser parte esencial e importante de la familia.

Recuerden que para ser un adulto sano y feliz, se debe haber sido un niño feliz y el juego ofrece las mejores experiencias de felicidad.

Hay que tomar en cuenta que no todos los juegos son iguales, hay que determinar el juego según la edad del niño y sus características y aprender a intencionar las competencias en los juegos y juguetes.

Los niños y adolescentes necesitan del movimiento, análisis, creatividad, riesgo, socializar, resolver problemas, imaginar, definir, investigar, fortalecer, sentir, luchar, competir, ganar, perder, compartir, ayudar, trabajar en equipo, estar solos, ganar un lugar con los compañeros, defenderse, lograr, superar, avanzar, pensar, ordenar, buscar la lógica, leer, cantar, bailar, concentrarse, gritar, enojarse, equivocarse, entristecerse, llorar, disfrutar, preguntar, concluir, esforzarse y muchas otras cosas que lo harán persona integrada y feliz.

Busquemos actividades al aire libre, en la casa, en internet, con balones, con libros, con música, con amigos, pero no dejemos que se concentre la atención en una sola cosa como un videojuego o la televisión, porque perderá la oportunidad de experimentar lo que realmente le ayudara a descubrirse.

Entre más juegan los padres con sus hijos, menos los tienen que corregir y disminuirán en un porcentaje muy alto las conductas de riesgo en la adolescencia.

Papás, pongan es su agenda las cosas más importantes por hacer en el día “Jueguen con sus hijos”. Es la mejor inversión que puedes hacer, la vida te recompensará con un hijos plenos y felices.

Aprovecha cuando están chicos, ya que más grandes ya no querrán jugar contigo, los hijos escogerán quienes sean sus compañeros de juego y lo más seguro es que no serán sus papás.

Mtro. Moisés Contreras Reinoso

Coach educativo ITESO

[email protected]

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